
Esta estrategia subraya la importancia de promover el bienestar del alumnado en las escuelas, especialmente en el contexto post-COVID. Las investigaciones demuestran la influencia positiva que los entornos escolares pueden tener en la salud mental de los y las estudiantes. Las relaciones de apoyo entre estudiantes, docentes y otras personas del personal escolar desempeñan un papel clave en la promoción del bienestar y la reducción del malestar psicológico en los y las adolescentes. La escuela primaria referente en la aplicación de esta estrategia es una escuela estatal en Malta, que ha mostrado notables mejoras en el rendimiento académico de sus estudiantes en los últimos años. Se encuentra en una zona que vive un rápido desarrollo urbano, concretamente en la región de Inner Harbour. La comunidad que rodea la escuela está compuesta en su mayoría por familias de bajos recursos socioeconómicos, con una presencia relativamente baja de migrantes.