
Se trata de un estudio de caso que se desarrolla en una escuela primaria estatal ubicada en la zona del Inner Harbour de Malta, una región marcada por una rápida regeneración urbana y realidades socioeconómicas bajas, a pesar de su importancia como centro financiero y empresarial. Con una población de aproximadamente 150 estudiantes, predominantemente malteses, la escuela se encuentra en una comunidad donde la educación se ve afectada por condicionantes socioeconómicos, tales como tasas de analfabetismo y desempleo más altas que los promedios nacionales. A pesar de estos obstáculos, la escuela ha logrado mejorar el rendimiento académico. Durante los últimos cinco años, sus esfuerzos continuos y enfocados en desarrollar una cultura de participación de las familias y de la comunidad han sido un factor fiable que contribuye al éxito de la escuela en atender adecuadamente las necesidades globales de sus estudiantes, incluidos aquellos en situación de vulnerabilidad o provenientes de entornos familiares desfavorecidos.