
Esta estrategia se centra en fortalecer tanto las habilidades para aprender individuales y colaborativas para aprender mientras los y las estudiantes adquieren conocimientos académicos específicos de diversas disciplinas. Es fundamental practicar estas habilidades, tanto de manera individual como en colaboración con compañeros y compañeras de diferentes contextos, ya que el aprendizaje requiere una guía por parte del personal docente, así como práctica intencional, reflexión y retroalimentación. El objetivo es ayudar al alumnado a autorregular su propio aprendizaje y también a regular el aprendizaje en colaboración con los iguales. La lógica que está detrás de esta estrategia educativa está en que estas habilidades son fundamentales y necesarias para la adquisición de nuevos conocimientos y competencias a lo largo de toda la trayectoria educativa y en la vida laboral.